Porsche Herbert Von Karajan un 911 Turbo RS único e irrepetible.

 

Herbert von Karajan fue muchas cosas, pero lo primera que le viene a la cabeza de cualquier amante de la música que oiga su nombre sin duda es la de un gran genio, y como otros muchos mortales, también fue un gran enamorado de los coches y en concreto de la marca Porsche. Disfruto conduciendo, desde un Porsche 356 Speedster a un 550 A Spyder y dos 959, eso sin contar con que por sus manos pasaron varios 911, y uno de estos fue el que te contamos en este artículo.

Porsche Herbert Von Karajan un 911 Turbo RS, infoblogmotor.com

Este genio de la música nació en Salzburgo el 5 de abril de 1908, y fallecido en Anif 81 años después, y es conocido por ser uno de los directores de orquesta más importantes del siglo XX, dirigió la Orquesta Filarmónica de Berlín y la Orquesta Sinfónica de Viena.

También, y esto es mucho menos conocido, le era conocida como una de sus mayores pasiones su afición a los coches. En 1926, escribió sobre termodinámica y sobre motores de combustión en su examen de graduación, y pasó tres semestres estudiando ingeniería mecánica

En el año 1974, Karajan encargó una fantasía para su nueva adquisición, el modelo 930, Ernst Fuhrmann, presidente de Porsche en aquel momento, se encargó de conseguir que el deseo del maestro se hiciese realidad, bajando el peso del 911 por debajo de los 1.140 kilos que pesaba en su origen, que sumados a los 240 CV, el chasis de carreras del RSR y un turbo modificado, la eliminación del banco trasero, una jaula antivuelco y la carrocería del Carrera RS, convirtió a este coche en un ejemplar único e irrepetible.


El motor, un bóxer de seis cilindros, contaba con un turbocompresor aumentado y un árbol de levas más ajustado, y no tenía radio, hasta los tiradores de las puertas se sustituyeron por tiras de cuero para conseguir una ligereza casi imposible.


Este este modelo personalizado fue el primero en compartir la pintura con el 911 Carrera RSR Turbo 2.1 que quedó segundo en las 24 Horas de Le Mans de 1974. Los colores del Martini Racing eran su seña de identidad, y hasta el productor de Martini Rossi permitió que el coche del maestro tuviera esos colores se lo entregaron con la firma del músico en la trasera de su coche.

Cuesta más de tres millones de euros y no solo por ser el delicado capricho de un genio, sino porque en apenas cinco años se convirtió en una leyenda. Va por el sexto propietario, y éste ni siquiera se ha atrevido a conducirlo ni una sola vez. Y aunque durante años estuvo perdido, desaparecido para todos después de que Herbert von Karajan se deshiciera de él, sigue siendo una leyenda viva que nació de la música y la pasión

@josepuma71blogmotor es editor y probador en infoblogmotor.com